viernes, 11 de mayo de 2007

FORMACION DEL EXOESQUELETOS


NEOMAR BUITRAGO
14.250.253
Introducción

Esqueleto, término aplicado a todas las estructuras rígidas o semirrígidas que sirven de soporte a los tejidos blandos del cuerpo de un animal, y proporcionan apoyo para la acción muscular. En los vertebrados, al esqueleto se le llama endoesqueleto, ya que se forma dentro del cuerpo. Ciertos animales invertebrados, como los insectos y los crustáceos, tienen esqueletos que reciben el nombre de exoesqueletos porque se encuentran en el exterior del cuerpo.

Exoesqueleto

El caparazón de sílice o de calcio que segregan ciertos protozoos, conocidos como foraminíferos, constituye una forma de exoesqueleto. Las esponjas poseen un exoesqueleto constituido por espongina, que es una sustancia elástica y dura. Los celentéreos segregan una gran variedad de sustancias exoesqueléticas, que varían desde la cubierta elástica de las medusas hasta el material pétreo que depositan los corales. El caparazón de la mayor parte de los moluscos está compuesto por carbonato de calcio y por una sustancia orgánica básica, denominada conchiolina. Entre los insectos, cada una de las tres principales divisiones del cuerpo, cabeza, tórax y abdomen, están incluidas en un armazón de placas córneas. Las placas que constituyen cada división primaria están separadas de las placas de la siguiente división por un tejido elástico que permite la flexibilidad de los movimientos que realiza el insecto. Los apéndices están recubiertos por vainas que son proyecciones del exoesqueleto; un tejido elástico, similar al que se encuentra entre las placas, une los distintos segmentos de los apéndices entre sí y con el cuerpo del animal.

Endoesqueleto


Los vertebrados poseen un grupo de estructuras más o menos rígidas, constituidas por cartílago o por hueso, o por una combinación de estos dos tipos de tejido conectivo. La más primitiva de estas estructuras es la notocorda, que es una espina dorsal de tejido cartilaginoso que poseen los peces. Los animales más desarrollados, desde el punto de vista evolutivo, poseen un esqueleto axial, formado por el cráneo, la columna vertebral y las costillas; y un esqueleto apendicular formado por las cinturas pélvica y pectoral, y por los apéndices. Al principio, el esqueleto que se forma en el embrión de los animales superiores es cartilaginoso; el calcio y el tejido óseo se van depositando a medida que el organismo alcanza la madurez. En los seres humanos, el proceso de endurecimiento del hueso, denominado osificación, se completa en torno a los 25 años de edad. El último hueso que se osifica es el esternón. El número total de huesos que posee un determinado animal varía con su edad porque muchos huesos se fusionan entre sí durante el proceso de osificación. El número promedio de estructuras esqueléticas diferentes en una persona joven es de 200, sin incluir los seis huesillos de los oídos. El esqueleto humano está sujeto a diferentes alteraciones patológicas, las más importantes de todas son las fracturas, el raquitismo, Enfermedad deficitaria, y la osteoporosis


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