Según una investigación llevada a cabo por expertos del Servicio de Investigación Agrícola de EEUU (ARS, en sus siglas inglesas), la aplicación de calor permite aumentar la producción de dos especies de avispas, la Muscidifurax raptor y la Spalangia cameroni, dos de los parasitoides de moscas más utilizados en los sistemas de producción intensiva ganadera y aviar. Expertos del Centro de Entomología Médica, Agrícola y Veterinaria de Florida se han basado en la producción de estos parasitoides a partir de la aplicación de calor.
El nuevo sistema consiste en matar las pupas de la mosca (estadio previo a la fase adulta del insecto) con un choque de calor, teniendo en cuenta que las larvas de los parasitoides se desarrollan en estas pupas y, como resultado, matan a las moscas. Con ello se pretende reducir el tiempo de producción de estos parasitoides, aumentar la tasa de parasitismo y, en consecuencia, reducir el número de moscas. Además, el sistema pretende ofrecer a los «productores de insectos» un sistema alternativo a la irradiación, mucho más lento y costoso. Las investigaciones realizadas hasta ahora constatan que las larvas muertas pueden mantenerse almacenadas en bolsas plásticas refrigeradas durante al menos cuatro meses.
Para el estudio, los expertos han utilizado dos de las especies de parasitoides más comunes en las instalaciones de producción animal intensiva, Muscidifurax raptor y S.cameroni. Estas especies acostumbran a poner un solo huevo dentro de una «caja» puparia de mosca, donde la larva de la avispa se alimenta antes de que se convierta en adulto. El parasitismo de las pupas de mosca por parte de una o más de estas especies puede alcanzar hasta el 40 % en las instalaciones de producción animal intensiva.
El nuevo sistema consiste en matar las pupas de la mosca (estadio previo a la fase adulta del insecto) con un choque de calor, teniendo en cuenta que las larvas de los parasitoides se desarrollan en estas pupas y, como resultado, matan a las moscas. Con ello se pretende reducir el tiempo de producción de estos parasitoides, aumentar la tasa de parasitismo y, en consecuencia, reducir el número de moscas. Además, el sistema pretende ofrecer a los «productores de insectos» un sistema alternativo a la irradiación, mucho más lento y costoso. Las investigaciones realizadas hasta ahora constatan que las larvas muertas pueden mantenerse almacenadas en bolsas plásticas refrigeradas durante al menos cuatro meses.
Para el estudio, los expertos han utilizado dos de las especies de parasitoides más comunes en las instalaciones de producción animal intensiva, Muscidifurax raptor y S.cameroni. Estas especies acostumbran a poner un solo huevo dentro de una «caja» puparia de mosca, donde la larva de la avispa se alimenta antes de que se convierta en adulto. El parasitismo de las pupas de mosca por parte de una o más de estas especies puede alcanzar hasta el 40 % en las instalaciones de producción animal intensiva.
Articulo Leaborado por:
Alfredo Aguilar Chacon
C.I 17.129.219
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