martes, 10 de julio de 2007

Control Biologico de Plagas












Biodiversidad Funcional y Gestión del Agroecosistema


La percepción popular de plaga ha ido asociada tradicionalmente a aquello indeseable y que se produce en grandes cantidades; probablemente las referencias bíblicas a las mismas han contribuido especialmente a popularizar esa percepción unida a la producción de alimentos. La terminología más estricta en el ámbito de la agronomía recoge en gran medida esa percepción popular.



Los consumidores secundarios con más relación con los fitófagos pertenecen a unos de los tres grupos fundamentales de los llamados enemigos naturales de las plagas: depredadores, parasitoides y entomopatógenos. De entre éstas, algunas fitófagas –una clara minoría- aumentan su densidad con cierta frecuencia hasta alcanzar valores indeseables porque repercuten en el rendimiento del cultivo si no se toman medidas de control; son las denominadas plagas.


Los enemigos naturales como factor de mortalidad de plagas: control natural Averiguar las causas de semejantes aumentos de población facilita su control porque algunas de ellas pueden ser corregidas; otras, por el contrario, son tan inherentes a la agricultura misma que se hace difícil o no rentable su corrección. Buena parte de las prácticas agrícolas y manipulaciones de los hábitats no agrícolas que son favorecedoras de plagas lo son por interferir o mermar la actividad de los enemigos naturales.


Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las decenas de insectos y ácaros herbívoros que se pueden encontrar habitualmente en nuestros cultivos no suelen alcanzar densidades perjudiciales gracias a la acción de sus enemigos naturales; es el llamado control natural.

Es en este fenómeno donde reside el enorme potencial del control biológico.


Control biológico: necesidad, pero... Entre estos últimos, el control biológico ha ocupado un lugar preferente. Después de más de un siglo de éxitos notorios –y también de fracasos- el control biológico ha sido criticado desde ámbitos científicos por los riesgos que la introducción de especies exóticas de enemigos naturales supone para otras especies de artrópodos fitófagos que no son el objetivo de la actividad de control y también para otras especies de enemigos naturales autóctonos que pueden verse desplazados o incluso directamente atacados. d. Control biológico: estrategias No todas las estrategias seguidas actualmente por el control biológico entrañan la misma cantidad de riesgo, sino que son mayores en las llamadas estrategias de control clásico e inundativo que en el de conservación.


El control biológico clásico utiliza especies exóticas de enemigos naturales para el control de plagas también exóticas.


Control biológico de conservación a. En qué consiste y qué objetivos tiene Buena parte de los programas de control biológico de plagas se basan en la presencia espontánea de los enemigos naturales dentro del cultivo y es bien conocido que, para que sean efectivos, es muy importante asegurar una buena relación entre la presa y sus entomófagos. A eso dirige sus intervenciones el control biológico por conservación.


El cultivo: naturaleza, manejo y ciclo. Identificar y corregir esas prácticas perjudiciales para los entomófagos puede ser un procedimiento del control biológico por conservación relativamente sencillo. En determinados cultivos intensivos el ciclo de cultivo puede manipularse en gran medida; es el caso por ejemplo del cultivo protegido bajo plástico o cristal. Esta necesidad y beneficio del alimento vegetal está bien documentada para muchos parasitoides. En conjunto, esto les confiere una ventaja frente a otros entomófagos al poder subsistir e instalarse en el cultivo cuando aún hay poca plaga. La flora adventicia de los cultivos requiere una consideración especial. Los resultados de las distintas prospecciones en los cultivos indican claramente que muchos enemigos naturales de sus plagas se encuentran en plantas tradicionalmente consideradas 'malas hierbas'. Por lo tanto, el control biológico también debe incluir aquellas modificaciones del hábitat destinadas a crear las condiciones que favorecen la supervivencia, fecundidad, longevidad y acción de los enemigos naturales y mejoran su colonización del cultivo.


Biodiversidad, control biológico y la consideración del paisaje. Los cultivos anuales, y gran parte de la horticultura mediterránea intensiva en particular, representan un reto especial para el control biológico. Como consecuencia, los entomófagos deben recolonizar el campo de nuevo en cada cultivo con lo que materialmente no hay tiempo para que se establezca una relación duradera con la plaga. Pero por las mismas características de estos mosaicos con rotaciones de cultivos, la viabilidad económica de estas revegetaciones requiere que sean 'multifuncionales' y aseguren el control biológico de plagas en los diversos cultivos a lo largo del año. Las prospecciones realizadas en cultivos en los que se aplican más insecticidas, priman los entomófagos más ubícuos adaptadas a estas perturbaciones.
Elaborado por :Ender Rubio CI: 16.886.090

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